HEBREOS

CANAAN

Los historiadores consideran generalmente que el período cananeo se extiende desde el principio del III milenio a. C. hasta el final del siglo XVI a. C.

Al final del III las poblaciones seminómadas cruzaron el Jordán y penetraron en Palestina, causando el hundimiento de las estructuras socioeconómicas existentes: se destruyeron y abandonaron las ciudades, y la economía volvió a la ganadería. A partir del siglo XIX a. C. comenzó un aumento de los asentamientos permanentes y una disminución del número de tribus, pero permaneciendo aún muy cerca de la organización tribal. Este período durante el cual los desplazamientos entre Asia, desde Mesopotamia, y Egipto eran intensos, corresponde a un momento de agitación interno que sirvió de preludio a la invasión de Egipto por los hicsos (Príncipes de los países extranjeros). Durante este mismo período, las ciudades palestinas comenzaron a rodearse con murallas. La existencia de la ciudad cananea de Ourousalim (Jerusalén) se certifica en escritos que datan del siglo XXI a. C.

Los ataques e infiltraciones repetidos abrieron a los hicsos el camino hacia la parte oriental del delta del Nilo, donde se instalaron e hicieron de Avaris su capital en el siglo XVI a. C. En esta época, Palestina, parte de un imperio colocado bajo la autoridad de Avaris, alcanzó un nivel de civilización notable: potentes fortificaciones rodeaban las residencias de los reyezuelos palestinos, en guerra permanente unos contra otros y que recurrían a los carros de guerra arrastrados por caballos. Se construían espaciosas residencias que contrastaban con los cuchitriles que sus contemporáneos ocupaban. Las tumbas, cavadas en la roca, eran sepulturas generalmente familiares; armas y joyas de buena calidad acompañaban los restos de los difuntos afortunados. En el ámbito de la cerámica, las formas imitan al metal. Se ve extenderse por la región una alfarería hicsa: negra, pulida e incrustada de pasta de caliza blanca, así como trabajos sobre marfil de gran calidad; también son reputados los cananeos por el tinte en púrpura.

  • Hacia 1850 a. C. la ciudad de Ascalón se convirtió en capital de un reino y en puerto muy activo sobre el Mar Mediterráneo, desde donde se exportaban los productos del interior. Rodeada de una muralla de 2 km. de circunferencia, la ciudad debía contar con cerca de 15.000 habitantes.
  • En esta época comienza la migración de la tribu de Israel hacia Palestina, posiblemente desde el sur de la región caucásica. No existe documentación histórica verificable. Según el Antiguo Testamento, es el periodo correspondiente a Abraham, Isaac y Jacob, que abarcaría hasta 1350 a. C. aproximadamente.
  • Completando la liberación nacional emprendida por los faraones de la décimo séptima dinastía, Amosis se apoderó de Avaris y expulsó a los hicsos hasta Asia. Así pues, hacia mediados del siglo XVI a. C. Egipto conquistó Palestina donde el protectorado egipcio se mantuvo durante tres siglos y medio, durante los cuales la situación internacional sufre numerosas modificaciones: los conflictos con los hititas y las frecuentes rebeliones de los beduinos acampados en el Negev y Sinaí implicaron destrucciones, saqueos, y deportaciones.

 

Dominación egipcia

En el Génesis se relata cómo algunos de los descendientes de Israel se convirtieron en esclavos egipcios. Se han dado varias explicaciones para explicar las circunstancias bajo las cuales esto ocurrió, algunos historiadores creen que pudo haberse debido al cambio de las condiciones políticas en Egipto: en 1650 a. C. el norte de Egipto fue conquistado por tribus de un pueblo llamado Hicso por los egipcios, al parecer una mezcla de semitas y de hurritas. Los hicsos fueron expulsados por Amosis I (1550 - 1525 a. C.), el primer faraón de la décimo octava dinastía con la que comienza el Imperio Nuevo. Amosis destruyó la capital de los hicsos en Avaris y sus sucesores conquistaron la ciudad de Saruhen (cerca de Gaza),[10] y destruyeron confederaciones canaanitas en Megido, Hazor y Qadesh. Tutmosis III estableció el imperio de Egipto sobre el occidente del Cercano Oriente, derrotando a la confederación cananea en Megido y tomando la ciudad de Joppa, trasladando la frontera desde el Sinaí a la curva de Éufrates, zona que más tarde abarcaría el reino de Salomón. El imperio egipcio se mantuvo en la región de la cuál debían emerger Israel y Judá hasta el reinado de Ramsés VI, circa 1150 a. C.
Cronología aproximada:[11]

  • 1440 a. C.: reinado de Amenhotep II, durante el cual se encuentra en los textos egipcios la primera mención del pueblo Habiru (posiblemente hebreos).[12] La evidencia recientemente descubierta parece indicar que muchos habirus hablaban hurrita;[13] posiblemente era una casta social más que un grupo étnico, e incluso pueden haber estado incorporados en los grupos tribales de los primeros israelitas.[14] [15] [16]
  • Circa 1400 a. C.: primera mención a los shasu en expedientes egipcios encontrados en el sur del Mar Muerto. Shasu es un nombre que contiene un grupo yavista, aunque la inscripción egipcia de Amenhotep III, en el templo de Soleb, "Yhw en la tierra del Shasu", no utiliza el determinativo para un dios ni para la gente, sino para el nombre de un lugar.
  • 1350-1330 a. C.: la correspondencia de Amarna da cuenta detallada de las cartas intercambiadas durante el período de dominación egipcia en Canaan durante el reinado de Akenatón. Los alcaldes locales, tales como Abdi Khepa de Jerusalén y Labaya de Siquem, eran delegados del faraón, y actuaban en su favor. Akenaton les informa de haber enviado a la región a un regimiento de Medjay (Nubia) para mantener orden. En este período comienza la expansión hitita en el norte de Siria, y se conoce la propagación de una epidemia en la región.
  • 1300 a. C.: algunos comentaristas de la Biblia calculan el nacimiento de Moisés alrededor de esta fecha.
Imperio hitita entre 1560 y 1300 a. C.
Imperio hitita entre 1560 y 1300 a. C.
  • 1292 a. C.: comienza la Dinastía XIX con el reinado de Ramsés I. Ramsés II (1279-1213) firmó un tratado con los hititas después de cederles el norte del Levante. Condujo una campaña a través del territorio que más tarde sería Israel, después de la rebelión de los shasu que siguió a la batalla de Qadesh, estableciendo una guarnición egipcia en Moab.
  • Circa 1200 a. C.: el imperio hitita de Anatolia fue conquistado por tribus llegadas del oeste. Los cananeos de la costa norte, (llamados fenicios por los griegos) pudieron haber sido desplazados temporalmente, pero regresaron tras la marcha de los invasores que no se asentaron en el lugar.[17]
  • 1187 a. C.: Invasión de Egipto por los Pueblos del Mar. Entre ellos estaba un grupo llamado P-r-s-t (primero registrado por los egipcios como P-r/l-s-t) identificado generalmente con los filisteos. Aparecen en una inscripción del templo construído por Ramsés III en Medinet Habu, donde describe su victoria contra los pueblos del mar. Los estudiosos de la biblia del siglo XIX identificaron la tierra de los filisteos (Filistea o Peleshet, con el significado hebreo de "invasores") con Palastu y Pilista de las inscripciones asirias, según el diccionario de la Biblia de Easton (1897). Otros grupos además de los filisteos eran los tjekker, dananeos y shardana; el contraataque de Ramsés III destruyó la mayoría de los sitios cananeos. El mismo faraón permitió más adelante a los filisteos y tjekker, y posiblemente también a los dananeos, reconstruir las ciudades del camino costero, llamadas en el Éxodo el Camino de los Filisteos, nombre que se utiliza para denotar la región costera habitada por este pueblo. Las cinco ciudades filisteas principales eran Gaza, Ashdod, Ekron, Gath, y Ascalón. La arqueología moderna sugiere intercambios culturales con Micenas; Aunque los filisteos adoptaron la cultura y la lengua local cananea antes de dejar cualquier texto escrito, se achaca un origen indoeuropeo para las pocas palabras filisteas conocidas.
  • 1150 a. C.: problemas internos de Egipto conducen a la retirada de las guarniciones egipcias asentadas en Bet She'an, en el valle del Jordán, Megido y Gaza, durante el reinado de Ramsés VI.
Posibles rutas del Éxodo, segun el relato bíblico.
Posibles rutas del Éxodo, segun el relato bíblico.

El Éxodo de Egipto de los israelitas y su cronología están en permanente debate. Kenneth A. Kitchen cree que ocurrió en el reinado de Ramsés II debido a las ciudades egipcias nombradas en el libro del Éxodo: Pithom (Pi-Atum) y Rameses.[18] [19] La evidencia de una presencia israelita en Palestina no se encuentra hasta seis años después de la muerte de Ramsés II, en la Estela de Merenptah, en una inscripción realizada por ese faraón sobre su campaña militar en tierras de Canaán hacia 1210 a. C.

El período del final de la décimo octava y principio de la vigésima dinastía fue particularmente confuso. Documentos egipcios registran la ocupación de altos cargos de la corte por asiáticos y la destrucción por éstos de varios templos. El sirio Bay usurpó temporalmente el poder real desde el puesto de Visir, y la reina Tausert, madre del faraón Siptah, sustituyó a éste a su muerte como reina-faraón hasta que Setnajt se hizo con el trono y acabó con el caos. Estos acontecimientos pueden falsear las fechas que relató Osarsep, un sacerdote de Osiris en Heliópolis fuente de la Aegyptiaka de Manetón divulgada más tarde por Flavio Josefo.

 

Problemas con la cronología bíblica

El total de los reinados de los reyes de Judá entre el cuarto año del reinado de Salomón, cuando se supone que construyó el Templo, y la destrucción de Jerusalén en 586 a. C., da 430 años. Esto sugeriría que la edificación del Templo ocurrió en el 1016 a. C. Según Reyes 6:1, transcurrió un total de 480 años entre el éxodo y la construcción, lo que da la fecha de 1496 a. C., que según Redford coincide con el año noveno del reinado de Hatshepsut. Según Éxodo 12:40, el destierro en Egipto había durado 430 años, con el resultado que la llegada de Israel y de su familia debería haber ocurrido en el reinado de Sesostris I, hacia 1926 a. C. Agregando las largas vidas de Abraham, Isaac y Jacob, habría que fechar la llegada de Abraham a Canaán en el 2141 a. C., y la llegada a Egipto en 2116 a. C., durante la décima dinastía cuya capital estaba en Heracleópolis Magna. La esclavitud en Egipto habría ocupado el período entre las dinastías XII a la XVIII. Como en Números 32:13 se asignan 40 años a vagar por el Sinaí, las conquistas de Josué deben haber ocurrido algo antes del reinado de Tutmosis III, cuando todo Canaán estaba en poder de Egipto, y el periodo de los Jueces sería entre 1456 y 1150 a. C., casi exactamente el período del imperio egipcio en Asia. Desafortunadamente las fuentes egipcias no dicen nada sobre Israel, Josué o sus sucesores, y la Biblia no dice nada sobre los Amenofis, Tutmosis o Ramsés de este periodo.

 

La conquista de Canaan

Claramente, el proceso de la infiltración israelita en Canaán es más complicado que lo pintado en la Biblia. El patrón del establecimiento y la génesis de Israel como pueblo fue un proceso complejo que implicaba principalmente a grupos nativos de pastores de Canaán (quizás incluyendo habiru y shasu), con una cierta infiltración de grupos exteriores, tales como hititas y arameos del norte así como grupos meridionales de shasus tales como los keinitas, alguno de lo cuales puede haber venido de las zonas controladas por Egipto. Genéticamente, los judíos palestinos demuestran tener conexiones con el pueblo kurdo y otros grupos del norte de Iraq, sugiriendo ésta como el área de la cual la mayoría de sus antepasados vinieron originalmente, un hecho confirmado arqueológicamente a partir del período Khirbet Kerak, período medio de la Edad del Bronce, con la expansión de los hurritas (horreos en el Tanaj), y con la de los shasu (= egipcio) y de ahlamu (= en acadio asirio, arameos) al principio de la Edad del Hierro.[22] [23] [24]

Distribución de las tribus alrededor del 930 a. C.
Distribución de las tribus alrededor del 930 a. C.

Tras salir de Egipto, casi tres millones de israelitas vagaron por el desierto durante una generación, para invadir luego la tierra de Canaán destruyendo ciudades cananeas, como Ai, Jericó y Hazor bajo las órdenes de Josué. Este hecho también se lo adjudica Ramses II pues el faraón del Éxodo también dice haber conquistado Canaán y destruido Jericó y otras ciudades circa 1200 a. C.,[25] a pesar del hecho de que Ai y Jericó parecen haber estado deshabitadas en este tiempo desde que habían sido destruidas cerca del 1550 a. C. Muchos otros de los sitios mencionados en el Libro de Josué también parecen haber estado abandonados en el 1200, pero estaban ocupados en el siglo VII a. C., fecha sugerida por Mattfield como la más probable para el Éxodo. Otros grupos podían haber desempeñado un papel protagonista en la destrucción de centros urbanos durante la última edad de bronce, como los pueblos del mar, entre los cuales estaban los filisteos y los mismos egipcios, que invadieron la zona muchas veces. Las guerras entre las ciudades-estados vecinas han desempeñado probablemente un papel importante.

 

Periodo de los Jueces

Si los israelitas regresaron a Canaán circa de 1200 a. C., ésta era una época en que los grandes poderes de la región estaban neutralizados por apuros de varias clases. Ésta fue la época de los "pueblos del mar", en la que filisteos, tjekkers y posiblemente dananeos se instalaron a lo largo de la costa desde Gaza en el sur a Joppa en el norte. El Oriente Medio parece vivir en una edad oscura, de la que tardará siglos en salir. La recuperación parece haber comenzado en las ciudades comerciantes del área filistea, siguiendo hacia el norte, a las fenicias antes de avanzar hacia las zonas interiores, las colinas de Judea y Samaria, la base histórica de Judea e Israel.

En sus ataques iniciales bajo Josué los hebreos ocuparon la mayoría de Canaán, que repartieron según las líneas familiares tradicionales derivadas de los hijos de Jacob y de José (las tribus de Israel). No había ningún gobierno formal, y el pueblo era guiado por los jueces. En este tiempo, el nombre "Israel" se menciona por primera vez en una fuente arqueológica contemporánea, la estela de Merneptah.

En 1140 a. C. las tribus cananeas intentaron expulsar a las tribus israelitas del norte y centro del país. Según la Biblia, la defensa de los israelitas fue conducida por Barak y la profetisa Débora, derrotando a los cananeos. (Jueces 4, 5)

En 1020 a. C. el pueblo de Israel, dirigido por Samuel, derrota a los filisteos en Mispá, al norte de Jerusalén. Israel pacta con los cananeos para mantener el control sobre aquellos.

 

Orígenes de la monarquía

La prosperidad volvió a la región al final de la edad de bronce, se recuperó el comercio con Egipto y Mesopotamia, y se abrieron nuevas rutas comerciales, desde Cadesh-Barnea al sur, de Hebrón, Jerusalén y Lakís en Samaria, a Siloé, Siquem y a través de Galilea, a Megido y todo el valle de Jezreel. Esta ruta amenazaba el monopolio comercial de los filisteos, que intentaron dominarla tanto directamente, con una intervención militar contra la fuerza cada vez mayor de las tribus de Israel, como indirectamente, promoviendo a mercenarios a posiciones de poder como los Achish de Gath, posteriores aliados de David. Según lo permitido en el capítulo 7 del Deuteronomio, Israel eligió un rey para luchar con eficacia (I Samuel 8:6, 20). Según los libros de Samuel, el último de los jueces, la nación pidió un rey porque los hijos de Samuel, que habían sido designados como jueces, emplearon mal su cargo; aunque él intentó disuadirlos, los israelitas estaban resueltos, por lo que Saul ben Qish, de la tribu de Benjamín, fue ungido como rey por Samuel. Desafortunadamente no se ha encontrado ninguna evidencia independiente sobre la existencia de Saúl, aunque el primer período de la Edad del Hierro era una fase de expansionismo filisteo, lo que está de acuerdo con el relato bíblico.

 

Reino unido

El Reino de Israel (en hebreo: מַלְכוּת יִשְׂרָאֵל, Malchut Yisrael o Maljut Israel) abarcaba en la época de máxima expansión una extensión muy superior a la del actual estado de Israel, ya que se extendía del sur del Líbano a la península del Sinaí y del mar Mediterráneo al río Jordán, según las escrituras bíblicas.

 

1050 a. C.: los israelitas unidos bajo el rey Saúl

El reinado de Saúl fue corto, gobernó solamente durante dos años y fue acusado de corrupto, aunque algunos manuscritos antiguos dan la cifra de 42 años (cf. Nuevo Testamento, que le da un reinado de cuarenta años); basándose en el número de las batallas que se le atribuyen, es probable que reinase veintidós años. Murió en batalla contra los filisteos; fuentes antimonárquicas implican a David, sugiriendo que él había estado al lado de los filisteos.

Según las fuentes, David y Saúl se habían convertido en enemigos, por lo menos desde el punto de vista de Saúl. Las fuentes describen a Jonatán, hijo de Saúl, o bien a Michal, su hija, (fuente anti-monárquica y monárquica respectivamente) como quien ayudó a David a escapar de Saúl, aunque asumiendo la reconciliación antes de su muerte.

El heredero, Ishbaal ben Saúl, asumió el control de Israel pero, según Samuel, gobernó solamente dos años antes de que lo asesinaran(2 Samuel 2:10). David, que se había convertido en rey de Judá, acabó con los rebeldes y fue designado rey de Israel en lugar de Ishbaal. Cierto número de críticos y eruditos bíblicos han sugerido que David fue realmente responsable del asesinato, y su posición al contrarrestar la rebelión era un intento de legitimarse.

De acuerdo a Samuel, Israel se rebela y designa a Absalom, hijo de David, como nuevo rey. La Biblia entonces describe como Israel se rebela, asume el control de Judea, forzando a David al exilio al este del Jordán.[26]

Según Samuel, David lanzó un contraataque y triunfó, aunque con la pérdida de Absalom, su hijo. Reconquistada Judea, y afirmado el control sobre Israel, David regresa al oeste del Jordán, aunque continúa sufriendo rebeliones por parte de Israel, superando con éxito cada una.

 

1000 a. C.: David toma el trono

David emprendió campañas militares contra los enemigos de Judea e Israel, y derrotó a enemigos tales como los filisteos, amonitas y arameos, consiguiendo así que las fronteras permanecieran seguras, aunque sufrió la sublevación de su hijo Absalom, erigido como rey en Hebrón, y fue derrotado y muerto por las tropas de David. Tras arrebatar Jerusalén a los jebuseos, trasladó a esta ciudad fortificada la corte, que estaba en Hebrón, y el Arca de la Alianza, que se encontraba en Quiryat Yearim.

Bajo su gobierno, Israel pasó de reino a imperio, y su esfera de influencia militar y política en el Oriente Medio se amplió, controlando a estados más débiles como a los filisteos, Moab, Edom, Ammon, y convirtiendo en vasallas a algunas ciudades-estados arameas (Aram-Zobah y Aram-Damasco). Las fronteras iban del mar Mediterráneo al desierto árabe, del mar Rojo al río Éufrates. Algunos arqueólogos modernos, aunque minoritarios, creen que el área bajo control de Judea e Israel en esta época, excluyendo los territorios fenicios en la costa mediterránea, no excedían de 34.000 km²; de éstos, el reino de Israel abarcaba cerca de 24.000 km².[27]

 

965 a. C.: reinado de Salomón ]

Reconstrucción del Templo de Salomon.
Reconstrucción del Templo de Salomon.

A la muerte de David le sucedió su hijo Salomón, que obtuvo el reino sobre su hermano mayor, Adonías, a quién mató más adelante. El reinado de Salomón trajo una paz sin precedentes.

Tanto David como Salomón firmaron alianzas con el rey de Tiro, y a cambio de la devolución de sus tierras llegaron en gran número artesanos, trabajadores expertos, dinero, joyas, madera de cedro y otras mercancías. El palacio de David y el templo de Salomón se suponen construidos con la ayuda de recursos tirios y gracias a sus arquitectos, como Hiram.

Salomón reconstruyó gran número de ciudades importantes, como Megido, Hazor, y Gazer; ésta ha sido excavada por arqueólogos, y se han descubierto grandes construcciones, como los establos para los caballos de Salomón, junto con fuentes para abrevaderos.

Emprendió numerosas obras arquitectónicas, entre las que destaca por encima de todas la construcción del Templo de Jerusalén como asiento para el arca de la Alianza; también levantó un palacio y realizó obras públicas como un terraplén que unía el templo con la ciudad de Jerusalén.

Reinó durante 40 años, durante los cuales la seguridad interna y el control de las vías de comunicación facilitaron la expansión del comercio, trayendo una gran prosperidad. Mantuvo relaciones con Ofir (I Reyes 9, 28) y Saba.

A la muerte de Salomón circa 926 a. C., dejando como heredero a su hijo Roboam, las tensiones entre el norte de Israel que contenía las 10 tribus norteñas, y la sección meridional con las tribus de Judá y Benjamín y capital en Jerusalén, alcanzaron un punto de crisis. Cuando en 920 a. C. Roboam desoyó las quejas económicas, Israel quedó partido en 2 reinos: el de Israel (incluyendo Siquem y Samaria), en el norte y el de Judá (con Jerusalén) en el sur; la mayoría de las provincias no-hebreas se separaron.

El reino de Israel, al norte, se mantuvo como estado independiente desde el año 930 a. C. hasta el 720 a. C., cuando fue conquistado por el imperio asirio. El reino de Judá, existió hasta el 586 a. C., cuando fue conquistado por el imperio babilónico.[28] [29]

 

Los dos reinos

Hay un problema sobre la monarquía dividida, y es que la Biblia de los setenta, los textos masoretas y los de Flavio Josefo mencionan diferentes figuras. Otro problema en que se desconoce si los dos reinos utilizaron el mismo calendario, además de si los años de los reinados son completos o en parte, y se ignora si hubo corregencias.

 

Reino de Israel

Alrededor del 920 a. C., Jeroboam lideró la rebelión de las tribus norteñas estableciendo el reino de Israel (I Reyes), con capital en Siquem. B. S. J. Isserlin asegura que el reino de Israel era similar a los cananeos de su entorno geográfico, tanto en su política y economía como en los planteamientos urbanos, artísticos e industriales.[30]

Económicamente el estado de Israel parece haberse desarrollado mejor que su vecino del sur, debido a las mayores precipitaciones y unos sistemas agrícolas más productivos. Según el relato bíblico, que no se puede comprobar por fuentes exteriores, hubo 19 reyes en Israel. Políticamente fue menos estable que Judá, manteniendo una dirección carismática por méritos, y la competencia entre las familias predominantes parece depender mucho más de acuerdos con poderes exteriores, como Tiro, Aram o Asiria que en su propia autoridad. Esta necesidad de aplacar a vecinos importantes comenzó ya en el reinado de Jeroboam, cuando, a pesar de las fortalezas de Tirzah, Siquem, y Penuel, Israel fue invadido por el faraón Sheshonq I de la dinastía XXII.[31]

El rey Jehu ante Salmanasar III.
El rey Jehu ante Salmanasar III.

El reino de Israel parece haber sido más poderoso en la segunda mitad del siglo IX a. C., cuando Omri (885-874 a. C.) fundó una nueva dinastía con capital en Samaria, ciudad mejor protegida, con la ayuda de la ciudad fenicia de Tiro, reforzando esta alianza al casar a su hijo y sucesor, Acab (874-853 a. C.), con la hija del gobernante de Tiro, Itobaal, y a su hija Atalía con el hijo del rey Josafat de Judá, el futuro rey Joram. Acab formalizó múltiples alianzas entre los pequeños estados palestinos y contribuyó con 2.000 carros y 10.000 soldados a la coalición que derrotó a Salmanasar III en Qarqar (853 a. C.).

Doce años más tarde, Jehú, con ayuda del reino de Aram, dió un golpe en el cual Acab y su familia fueron asesinados, y es ungido rey de Israel por el profeta Eliseo. La Biblia no hace ninguna referencia al hecho, pero las fuentes asirias se refieren a Jehu como un monarca de la casa de Omri, lo que puede indicar que este golpe era el resultado de luchas dentro de la misma familia predominante. Hacia el 838 a. C. se aviene a pagar un tributo a Salmanasar III para defenderse de los arameos de Damasco. Jehú se muestra arrodillado ante el monarca asirio en el obelisco negro de Salmanasar, y es el único monarca de cualquiera de ambos estados del que se conserva un retrato.

Como resultado de estos cambios, Israel, al igual que su vecino meridional, cayó dentro de la influencia del reino arameo de Damasco. El rey Hazael guió a los arameos contra Joram de Israel y Ocozías de Judá, derrotándolos en Ramoth-Gilead. Tras esta batalla, Hazael rechazó dos ataques asirios contra los territorios israelitas situados al este del Jordán, y la ciudad filistea de Gath e intentó tomar Jerusalén (II Reyes, 2 12-17). Una inscripción descubierta en Tel Dan se considera erigida por Hazael, después de la batalla de Ramoth-Gilead.[32]

Jeroboam II fue coronado rey de Israel en 787 a. C. Luchó contra Damasco y Moab en un intento de expansión, mientras los asirios amenazaban a los reinos judíos. Jeroboam II murió en el año 747 a. C. en una rebelión popular, y con él acabó la dinastía de Jehú.

De la sangrienta rebelión, Menahem se erigió en rey el 745 a. C., y aceptó pagar tributo a Tiglath-Pileser III. Le sucedió su hijo Pecajías, que perdió el trono ante Pecaj.

Pecaj intentó una coalición con Rasón de Damasco y Ajaz de Judá, para combatir a los asirios. Pero Ajaz apoya a Asiria, lo que llevó a la caída de Israel en poder del rey asirio Sargón II, que lo incorporó a su imperio en el 720 a. C. (II Reyes 17, 3-6). La evidencia arqueológica demuestra que mucha gente huyó al sur, hacia Judá cuya capital (Jerusalén) parece haber crecido cerca del 500% en este tiempo. En esta época muchas tradiciones norteñas comenzaron a seguirse en la región de Judá.

Este período del eclipse de Israel coincide con la aparición de una línea de profetas independientes, Amós, Joel, Oseas y Elías, Eliseo e Isaías altamente críticos con los monarcas de Israel. La tradición espiritual que más adelante crecería en la historia bíblica, tuvo aquí sus orígenes, según muchos exégetas bíblicos.

 

Reino de Judá

Judá e Israel.
Judá e Israel.

Cuando en 922 a. C. el reino de Israel fue dividido, las tribus de Judá y Benjamín permanecieron fieles a Roboam, formando el reino de Judá con capital en Jerusalén. Roboam luchó contra el rey Jeroboam de Israel, guerra que mantuvo su hijo Abías o Abiyam (II Crónicas 12 y 13), acabando con su ejército y tomando Betel.

Le sucedió su hijo Asa, que prohibió el culto a los ídolos, rechazó a los madianitas y a los etíopes que habían invadido Judá, y luchó contra Basa, rey de Israel, con la ayuda de Ben-Hadad, rey de Siria.

La dinastía de Omri extremó la guerra contra Judá, ayudada por su alianza dinástica con Tiro. El rey Ocozías, hijo de Joram, fue asesinado en el año 846 a. C., su madre Atalía se hizo con el poder e inició en Jerusalén una persecución contra los que se oponían al culto del dios Baal. Seis años después, Atalía fue asesinada.

En 838 a. C. Joás, hijo de Ocozías, fue coronado rey de Judá y en Jerusalén se destruyó el templo de Baal, expulsándose a sus sacerdotes. Se restauró la religión de Yahvé, la misma actitud que toma Yehú en Israel destruyendo el templo de Baal en Samaria. Joás aceptó pagar un tributo a Salmanassar III para defenderse de los arameos de Damasco, y en el 800 a. C. Damasco fue vencida por el rey asirio Adadnarari III, conquistando Joás en el año 802 a. C. las zonas que habían dominado los arameos en Galilea.

Durante el reinado de Acaz, la población de Jerusalén creció enormemente como resultado de la llegada de muchos refugiados israelitas que huían del norte, pasando de ser un pequeño mercado local a una ciudad importante. Durante el reinado de Ezequías (725-697 a. C.), su hijo, la población había crecido alrededor de un 500%.[33] Ezequías realizó grandes obras, incluyendo la ampliación de las murallas para incluir la nueva población tanto en Jerusalén como en Lakís, construyó la piscina de Siloé para dar a la ciudad una fuente independiente de agua en el interior de la ciudad y también amplió el Templo.

Phillip Davies y otros sugieren que en este tiempo Jerusalén estableció su propia escuela de escribas, reuniendo las fuentes de tradición oral que se conocen como Tradición yavista.[34] La Biblia también explica que Ezequías emprendió importantes reformas religiosas, procurando sin éxito centralizar las prácticas religiosas en el Templo y erradicar la adoración a la serpiente Nehustan, culto que duraba desde los tiempos de Moisés. Parece haber sido fascinado por las historias de Solomón, recopilando la sabiduría atribuida a este monarca.

La ambición de Ezequías creció demasiado incitada por los faraones de la dinastía vigésimo sexta egipcia, y formó y dirigió una coalición con los filisteos intentando unificar Judá e Israel. Los asirios, que dominaban la zona filistea, le vencieron reduciendo Lakís a cenizas y llevandose a sus habitantes como esclavos. Senaquerib se jactó de haber encerrado a Ezequías en Jerusalén como a un pájaro en una jaula, pero la Biblia habla del ángel del señor que golpea violentamente a los sitiadores asirios, relato que parece señalar algún tipo de epidemia. Los asirios impusieron un tributo enorme que empobreció a la población de Judá durante una generación y condujo a la total revocación de las reformas de Ezequías.

Durante el reinado de su hijo Manasés (697-642 a. C.), bajo la más suave dominación de los reyes Asarhaddón y Asurbanipal, se produjo una recuperación económica, a pesar de las críticas que al monarca hace la Biblia. Se sabe que pasó cierto tiempo con Asarhaddón en Babilonia y que acompañó a Asurbanipal en la invasión de Egipto.

El hijo de Manasés, Amón, tuvo un reinado insignificante antes de que fuera asesinado el año 639 y pasara el trono a su hijo Josías, todavía un niño. En 633 a. C. el sacerdote Helcías, padre de Jeremías, encontró un libro de la Torá perdido (II Reyes 22:8) que atribuyó a Moisés, posiblemente el Deuteronomio, lo que condujo a reformas importantes del culto.[35] Este reinado vio el eclipse y derrumbamiento del imperio asirio, lo que llevó a Josías a seguir la trayectoria de Ezequías centralizando toda el culto en Jerusalén, e instituyendo el Pésaj. Intentó unificar los reinos judíos y luchó por liberarse de Asiria, y tras la caída de ésta (612 a. C.), por liberarse de Egipto. Murió en batalla, resistiendo el avance del faraón Necao II en 609 a. C. En el 608 a. C. Necao II impuso como rey a Eliaquim, con el nombre de Joaquim. Los egipcios fueron derrotados por los babilonios el 605 a. C. en Karkemish, y Egipto quedó sometido por el rey babilonio Nabucodonosor II, que gobernaba también sobre Judá.

El año 598 a. C. Nabucodonosor II eliminó a Joaquim, que se negaba a pagar tributo. Su hijo Joaquín tampoco colaboraba, así que el ejército babilonio encarceló a Joaquín y a toda la aristocracia del reino de Judá.

Nabucodonosor II nombró a Matanías rey de Judá en el año 589 a. C. y, bajo el nombre de Sedecías, fue el último rey judío. Aconsejado por el profeta Jeremías se negó a pagar tributo a Babilonia, causando que Jerusalén quedase destruida en 587 a. C. y los judíos esclavizados.(II Reyes 25:1-9).

 

Cautiverio

Deportaciones de los judíos durante el Imperio Asirio.
Deportaciones de los judíos durante el Imperio Asirio.

 

Cautiverio asirio de los israelitas

En el 853 a. C. Salmanasar III de Asiria y posteriormente Sargón II en el 722 a. C. conquistaron Israel destruyendo su capital, Samaria, y enviando a la población al exilio y cautiverio. La mayoría de los habitantes, incluyendo la clase dirigente, fue deportada a otras tierras ocupadas por el imperio asirio y se trajeron gentes de esos lugares a Samaria. Así, dispersados entre otras naciones, asimilados en nuevas culturas, llegaron a perder su identidad original. Nunca volvieron, como pueblo, a la tierra de Israel, se les llamó las diez tribus perdidas.

 

Cautiverio babilónico de los judíos

  • Cautiverio Babilónico 586 a. C.: conquista de Judá por Babilonia. Gran parte de la población, sobre todo la nobleza, fue deportada a Babilonia.
  • 722 y 586 a. C.: primera diáspora. Los judíos fueron tomados como esclavos en lo que se refiere comúnmente como Cautiverio de Babilonia, o bien huyeron a Egipto, Siria, Mesopotamia, o Persia.
  • 559 a. C.: Ciro II el Grande se convirtió en rey de Persia, conquistando Babilonia en el 539 a. C. El imperio persa gobernó Asia occidental, incluyendo a Israel, hasta el 333 a. C.

Como la mayoría de los grandes emperadores de la Edad del Hierro, Ciro permitió a sus súbditos practicar su propia religión mientras incorporasen al rey en su adoración como un dios o semidios, o al menos le hiciesen ofrendas. Tomó la medida de acabar con el estatus de nación esclava, aunque la relación personal seguía siendo la de amo-esclavo. Estas reformas se reflejan en el cilindro de Ciro y en los libros bíblicos de I Crónicas y de Esdras, que indican que sacó a los israelitas de la esclavitud y les concedió permiso para volver a la tierra de Israel.

 

Segundo Templo

Ciro permitió que Sesbasar, príncipe de la tribu de Judá, y Zorobabel llevaran a los judíos de Babilonia a Jerusalén. Se les permitió volver con los objetos del Templo que los babilónico habían tomado, y comenzaron la construcción del segundo templo (Esdras 1 y ss., Isaías 44 y 45), que se concluirá en 525 a. C. bajo la dirección espiritual de los profetas Ageo y Zacarías. En este tiempo Tierra Santa era una satrapía persa conocida como Yehud.

Los papiros de Elefantina (circa 450 - 419 a. C.) de la colonia militar judía en Egipto demuestran que en este tiempo algunos judíos seguían siendo politeístas, y consideraban que Yahveh tenía como esposa a la diosa Anat.

En 445 a. C. Artajerjes nombró virrey de Judá a Nehemías, que fortificó Jerusalén para defenderse del gobernador Samaria. la reforma de Israel fue conducida por los escribas judíos Nehemías (Nehemías 1-6) y Esdras; este último instituyó la sinagoga y sus servicios de rezos, y coronó la Toráh leyéndola en público ante la gran asamblea que instaló en Jerusalén.

Los samaritanos construyeron su propio Templo en el monte Garizim en 428 a. C. (II Macabeos 6,2).

 

La herencia de Alejandro Magno

Los persas fueron derrotados por Alejandro Magno, en el 331 a. C., en cuyo imperio queda incluido Israel. Se dice que no atacó Jerusalén después que una delegación de judíos lo satisficiera y le aseguraran su lealtad, mostrándole ciertas profecías contenidas en las escrituras.

En el 323 a. C. moría Alejandro, y en la lucha por el poder Israel cambió de manos por lo menos cinco veces en apenas veinte años. Babilonia y Siria fueron gobernadas por los seléucidas, y Egipto por los ptolomeos. Durante el reinado de Ptolomeo II (281-246 a. C.) se tradujo la Septuaginta en Alejandría. En esta época comenzaron a tomar importancia algunas sectas, como los fariseos, saduceos y esenios.

El rey seléucida Antíoco IV Epífanes atacó y venció a los ptolomeos y conquistó su imperio, saqueando Jerusalén para usar los fondos del Templo. Entre 174-163 a. C. promulgó varias ordenanzas para conseguir la helenización de los judíos: trató de suprimir el culto a Yahveh, prohibió el judaísmo suspendiendo toda clase de manifestación religiosa y trató de establecer el culto a los dioses griegos. Pero el sacerdote judío Matatías y sus dos hijos (los Macabeos) consiguieron levantar a los "judíos piadosos" (jasidim) en su contra y lo expulsaron. La fiesta judía de Jánuca conmemora este hecho (I Macabeos).

 

Reino asmoneo

Judas Macabeo recuperó Jerusalén en 164 a. C., purificando el Templo, reanudando los sacrificios; en 150 a. C. se expulsó a los sirios de Jerusalén, formandose Judá como Estado judío independiente. Comenzaba el reinado de los Asmoneos, apoyado por los fariseos (168-142 a. C.). cuando el imperio seléucida cayó en 129 a. C., el estado judío adquirió plena autonomía.

Juan Hircano, hijo de Simón Macabeo y Sumo sacerdote, gobernó desde Jerusalén entre 134 y 104 a. C., pero no fue reconocido como rey al no ser descendiente de David. Se anexionó Jordania, Samaria, Galilea e Idumea, con el apoyo de Roma. Los idumeos fueron forzados a convertirse al judaísmo.

En 105 a. C. el nuevo rey y sumo sacerdote de Judá, Alejandro Janneo, cambió el apoyo de los fariseos por el de los saduceos.

 

Ocupación romana

En el año 63 a. C. Pompeyo conquistó la región, convirtiendola en reino tributario de Roma, y entre 57 y 55 a. C. Aulo Gabinio, procónsul de Siria, repartió el reino asmoneo en Galilea, Samaria y Judea, con 5 distritos bajo la jurisdición de un Sanedrín. Reprimió una revuelta popular y restituyó a Juan Hircano II como sumo sacerdote. Durante su campaña en Egipto, Alejandro, hijo de Aristóbulo II, arrebató a Hircano II el título de sumo sacerdote, pero en el año 54 a. C. Gabinio restableció el orden.

Reino de Herodes el Grande.
Reino de Herodes el Grande.

En 40 a. C. Herodes el Grande fue designado rey de los judíos por el Senado romano, lo que no indicaba independencia pero sí una cierta autonomía. Le sucedió Herodes Antipas, nombrado tetrarca de Galilea y Perea el año 4 a. C. Durante su reinado nacieron Jesús y San Juan Bautista, seguramente en el año 4 a. C.

En el año 6, Arquelao, etnarca de Samaria, Judea e Idumea fue depuesto por Augusto, y el territorio se anexionó a Siria como Provincia de Judea, con capital en Cesárea, bajo gobierno directo de Roma. Quirino, legado de Siria, organizó el primer censo de Judea al que se oponían los zelotes dirigidos por Judas el Galileo.[36]

Siguió un breve periodo de paz en Judá y Galilea durante los años 7-26, durante los cuales murió (el año 9) Hillel, presidente del Sanedrín y opuesto a la rigidez religiosa de Shammai, y el año 18 el prefecto Valerio Grato nombró Sumo Sacerdote a Caifás, que sería depuesto en el 36 por el legado sirio Vitelio.

El año 26 Poncio Pilatos fue nombrado gobernador de Judea. Durante su mandato (26 - 36) fue decapitado Juan Bautista y crucificado Jesús. También fue depuesto por Vitelo.

Tras la muerte de Herodes el Grande el año 39, Claudio designa como rey de los judíos a Herodes Agripa I (41-44), a Herodes de Calcis y posteriormente a Herodes Agripa II, (48-100), séptimo y último rey de la familia Herodes.

 

Guerras judeo-romanas

 

Primera Guerra Judeo-Romana

Comenzó en el año 66, cuando Eleazar ben Ananías, cesó los rezos y los sacrificios en el Templo en honor al emperador romano y mandó atacar a la guarnición de Jerusalén, todo ello debido al robo del tesoro del Templo. Herodes Agripa II huyó y los judíos consiguieron hacer frente al legado de Siria hasta la llegada del general Vespasiano en el año 67, que logró conquistar el norte. En el 69 fue nombrado emperador, dejando a su hijo Tito el encargo de tomar Jerusalén, cosa que logró en el 70, destruyendo el segundo Templo. La última fortaleza rebelde, Masada, cayó el año 73. A continuación, los romanos sustituyeron la figura del procurador por un pretor, y estacionaron de forma permanente la X Legión.

El rabino Yochanan ben Zakai, huido de Jerusalén, obtuvo el permiso del general romano para establecer un centro de aprendizaje judío y formar el Sanedrín en la ciudad de Yavne, lo que se considera el comienzo del judaísmo rabínico, cuando se recopiló la Halajá.[37] El Sanedrín se convirtió en el cuerpo religioso, político y judicial supremo para los judíos por todo el mundo hasta el 425, cuando fue disuelto por el emperador Marciano.

 

Segunda Guerra Judeo-Romana

Llamada Guerra de Kitos, comenzó en el 113 debida a las medidas de Trajano contra los judíos: prohibición del estudio de la Torá y la observancia del Shabat, medidas tomadas para asegurarse la retaguardia mientras luchaba contra el Imperio Parto. La revuelta se produjo en varios lugares debido a la diáspora: en Cirene, desde donde se extendió a Alejandría, en Chipre, y en Mesopotamia, siendo duramente reprimida por los romanos. En el 118 fue nombrado emperador Adriano, que prometió autorizar la reconstrucción del Templo, lo que trajo la paz a la región.

 

Tercera Guerra Judeo-Romana

En 132 estalló la rebelión de Bar Kojba, debida a varias razones, pero sobre todo a los decretos dictados por Adriano que prohibían el Brit Milá, la celebración del Shabat, y las leyes de pureza en la familia, así como por las noticias de que pretendía levantar un templo en honor de Júpiter sobre las ruinas del de Jerusalén.

Akiva ben Iosef, que presidía el Sanedrín, convenció al resto de sus miembros de nombrar nasí (príncipe) a Simón bar Kojba, que declaró la independencia frente al Imperio Romano, manteniendo a Israel durante tres años como estado independiente y llegando a emitir su propia moneda. Los romanos enviaron nueve legiones para reconquistar Israel, adoptando una estrategia de tierra quemada: según Dión Casio, murieron 580.000 personas y se arrasaron 50 pueblos fortificados y 985 aldeas. Bar Kojba se refugió en la fortaleza de Betar, donde fue capturado y muerto por los romanos en el 135.

Jerusalén también fue arrasada, y para evitar el retorno de los judíos se construyó una ciudad romana, Aelia Capitolina, y se aposentó una guarnición en el lugar donde se había levantado el Templo. Para completar la humillación, se llamó desde entonces a la región Provincia de Palestina, eligiendo el nombre de los filisteos a quienes Roma identificó como enemigos de los judíos. La mayoría de la población judía fue asesinada, esclavizada o exiliada y la religión judía prohibida, con lo que el centro de la vida religiosa judía pasó a Babilonia. En el siglo IV, Constantino I el Grande permitió a los judíos regresar a Jerusalén a lamentar su derrota una vez al año, el 9 de Av, en el Muro de las Lamentaciones.

POR EDUARDO JAVIER CASTRO
 
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